En los barrios bajos, habitan los descendientes de criminales que la gente al otro lado del lindero desdeña y discrimina como meros “lugareños”. Ludo es uno de ellos, un niño huérfano que vive con su padre adoptivo Legto y que usa fuerza física más allá de lo ordinario como un arma para ganarse la vida. Un día, sin embargo, lo acusan de un crimen que no cometió y lo arrojan al “abismo” al que incluso los habitantes de los barrios bajos temen.
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